lunes, 21 de noviembre de 2011

Redacción.

Me desperté. Era un día como otro cualquiera, me levanté de la cama y fui a desayunar. Mis hijos estaban jugando en el jardín y mi mujer regando las plantas. Eran un día soleado, lo que siempre pone a uno de buen humor. Acabé rápidamente del desayuno y fui a trabajar la tierra. La mañana se pasó muy rápido y pronto fue la hora de comer. Comimos todos juntos en la mesa del jardín agradablemente. Estábamos todos muy felices, yo no era consciente del susto que iba a llevar esa tarde. Después de haber terminado la comida y fregar los platos, iba a dedicar el tiempo libre a uno de mis hobbys preferidos , la caza. Salí sin prisas, una suave brisa hacía el día aún más agradable. Con mi fusil en el hombro, cargado y listo para disparar, me encaminé hasta el sitio habitual de caza, pero de pronto cuando pasaba por delante de una pequeña casa, se oyeron unos gritos. Me acerqué sigilosamente para que no me detectaran, y miré por la ventana pero no era consciente de que me enfrentaba a un animal de estupendo olfato, un lobo. Se echó a correr hacia mi, y yo intenté escapar, pero era consciente de que me acabaría pillando. Ahora puedo decir lo que se siente cuando ves tan cerca la muerte. El lobo se avalanzó sobre mi, después de haber derribado la puerta brutalmente. Vi pasar toda mi vida por delante cuando saltó hacia mi, pero entonces mi dedo, como un acto reflejo de supervivencia, apretó el gatillo y atravesó el pecho al animal. Cayó inerte al suelo. Después de unos segundos, una abuelita y su asustada nieta salieron de la casa, y no pararon de agradecerme lo que había hecho en un buen rato. La abuela como agradecimiento me invitó a merendar en su casa, y me dió a probar unas estupendas galletas y magdalenas. Al atardecer volví a mi casa y le conté a mi familia lo que había pasado, y como había ocurrido. Al acostarme pensé: ''Lo que me ha pasado hoy hubiera sido lo último que hubiera pensado al despertarme'' y agotado por la tensión del día, caí rendido. 

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Recuerdos de la infancia.

Mis primeros recuerdos en la escuela son del primer ciclo de primaria.El primer día me acuerdo de que iba con mucha ilusión, y aunque algunas de mis compañeros estaban algo asustados, yo no estaba nada nervioso. Ese año empezamos a dar lengua, mates, gallego, coñecemento e inglés por primera vez, y estaba muy ilusionado.
Casi nunca llevábamos deberes, por lo que tenía todo el día libre para jugar en el parque e ir a actividades extraescolares. Después de cada clase, solíamos tener tiempo libre para jugar, y recuerdo que me entretenía mucho con los cochecitos de plástico y con la cocinita de juguete.
Lo mejor de este cursos(a parte de no llevar deberes) era cuando se acercaba la navidad, porque nos pasábamos todo el día haciendo manualidades, y el día que venía los Reyes Magos al colegio, ni siquiera dábamos clase.
También me gustaba mucho carnaval, el desfile de disfraces, aunque cada año me gusta menos, pero de aquella, recuerdo pasármelo muy bien con mis amigos.
En otoño asábamos castañas y luego las comíamos con un vaso de leche, que bien se pasaba en el colegio!